Cuando Microsoft anunció la muerte de Windows XP, ya te avisamos de que tu ordenador, el de tu empresa o los cajeros automáticos se convertirían en un ataúd. O cambiabas de PC y de sistema operativo o asumías el riesgo de que tu máquina se convirtiera en un coladero.
Ahora, después de enterrar el 8 de abril el ya mítico XP, la multinacional de Bill Gates informa en su blog de que el siguiente sepelio será el de Windows 7 y del paquete Office 2010.
La versión de este sistema operativo, lanzado en 2009, y su compañero de oficina, dejarán de contar con soporte técnico básico y mejoras desde el 13 de enero de 2015.
“El soporte extendido dura cinco años más e incluye actualizaciones de seguridad gratuitas y soporte técnico con revisiones de pago”, explican, sin embargo, en el blog corporativo.
Todo estaba previsto. Windows 7 ya no se vendía desde este año como sistema operativo. Sin embargo, cuando acabó el ciclo de vida del XP, muchas empresas y particulares optaron por la estrategia del gatopardo, manteniendo los mismos ordenadores y solo migrar a una versión superior, en este caso, W7.
No en vano, desde el 8 de abril en que feneció Windows XP, la cuota de mercado de la extensión 7 del sistema operativo de Microsoft crecía en la misma proporción que menguaba la de su antecesor, según un estudio de NetMarketShare.
Ahora, esa opción de ahorro salta por los aires y los usuarios (y muchas administraciones públicas y empresas) tendrán que emigrar a Windows 8 o bien 8.1 e invertir no solo en software, sino en nuevos equipos, o convivir con un muerto y atenerse a las consecuencias.
Así, cuando el 13 de enero fallezca Windows 7 –técnicamente hablando- la obsolescencia programada de Microsoft para sus viejos sistemas operativos afectará al 75% de los ordenadores de todo el mundo.
Porque los PC que tienen alma de Windows 7 o de XP son uno de cada dos y uno de cada cuatro, respectivamente, según datos de NetMarketShare.
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