Ratones que responden a movimientos faciales, pantallas de gran formato o teclados con cobertor que facilitan las pulsaciones del usuario son algunas de las tecnologías que están favoreciendo el acceso de las personas con alguna discapacidad al mercado laboral.
Así se recoge en el tercer informe Tecnología y Discapacidad, elaborado por la Fundación Adecco y Agilent Technologies, con motivo del Día Internacional de las Tecnologías Apropiadas, que se celebra el 15 de julio, en defensa de las tecnologías sostenibles y accesibles al mayor número de personas.
El informe, difundido ayer, incluye datos de entrevistas a medio millar de personas de entre 23 y 59 años, con distintos tipos de discapacidad.
De acuerdo al mismo, las tecnologías adaptadas son aliadas de los discapacitados no sólo para el acceso al empleo sino también para la mejora de su calidad de vida, como declaran siete de cada 10 encuestados.
Sus respuestas son del tipo “gracias a la invención del audífono, puedo escuchar”, “las nuevas tecnologías me permiten comunicarme mucho mejor” y “ahora puedo escribir en el ordenador sin manos: sólo necesito la voz”.
Asimismo, “tengo movilidad e independencia para desplazarme, gracias a mi vehículo adaptado”, “puedo acceder al ocio gracias a subtítulos y audífonos digitales, y antes era imposible”, “gracias a las nuevas tecnologías puedo estar informada y comunicada con el mundo exterior sin necesidad de desplazarme” y “gracias a mi prótesis en la columna, puedo moverme sin dolores”.
Las tecnologías adaptadas, junto con otros factores, han favorecido que el 52 por ciento de las personas con discapacidad haya podido trabajar; una cifra que se eleva al 72 por ciento en el caso de personas con problemas sensoriales (visual y/o auditiva), según el informe.
No obstante, la brecha digital en el colectivo sigue persistiendo: el 61 por ciento encuentra muchas barreras en el acceso y uso de las nuevas tecnologías.
La mayoría de ellas, económicas (31 por ciento), seguidas de los problemas para interactuar con dispositivos, por desconocimiento sobre cómo usarlos (16,7 por ciento) o por la falta de adaptaciones para hacerlas accesibles (13 por ciento).
Los discapacitados usan menos Internet que el resto de la población: un 80 por ciento es usuario frecuente, frente al 92 por ciento con carácter general.
Para el 86 por ciento de los entrevistados, las redes sociales contribuyen a la normalización y la igualdad, frente al 14 por ciento que opina que refuerzan el estigma y el estereotipo.
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