La enmarañada red de vasos sanguíneos que discurre por el interior de nuestros cuerpos, transportando nutrientes esenciales y eliminando desechos peligrosos, para mantener a nuestros órganos funcionando adecuadamente, ha sido un reto dificilísimo para los científicos que intentan fabricar vasos artificiales desde cero. Ahora unos científicos del BWH (Brigham and Women’s Hospital) en Boston, Estados Unidos, han hecho progresos cruciales en la fabricación de vasos sanguíneos gracias a su enfoque de diseño y a utilizar una técnica especial de bioimpresión tridimensional (3D).
El equipo de Ali Khademhosseini ha recurrido a una estrategia para la vascularización de estructuras de hidrogel que combina avances en tecnología de bioimpresión 3D y biomateriales.
Los investigadores usaron primero una bioimpresora 3D para construir una plantilla de fibra de agarosa capaz de servir de molde para los vasos sanguíneos. Luego aplicaron el hidrogel.
Las redes de microcanales obtenidas tras varios pasos en el proceso de creación exhiben varias características fundamentales para lo que se espera de vasos sanguíneos funcionales.
El equipo de Khademhosseini también logró incorporar con éxito estos microcanales, que permiten la perfusión y que son funcionales en otros aspectos, dentro de hidrogeles de muy diversos tipos y de uso común, así como en distintas concentraciones.
Uno de los hidrogeles, “sembrado” con células, ha permitido demostrar la viabilidad, con las redes vasculares artificiales, de procesos como la diferenciación celular, además de, por supuesto, la supervivencia de las células. También se ha conseguido la formación de monocapas endoteliales dentro de los microcanales artificiales.
En el futuro, la tecnología de bioimpresión en 3D podría ser usada para desarrollar tejidos trasplantables adaptados a las necesidades de cada paciente, o utilizados fuera del cuerpo para pruebas de seguridad y eficacia durante el desarrollo de fármacos.
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