El servicio ofrecido mediante la red de Internet estuvo a punto de acabar con el negocio musical hace unos años pero, ahora, puede ser su salvación. Según datos de algunos países como España, la red aporta más del 45 por ciento de los ingresos totales del sector en ese país y, en unos años, esta cifra aumentará considerablemente si la tendencia continua.
Aproximadamente desde hace una década las ventas de CD sufrían bajadas paulatinamente. La industria musical acusó en muchas ocasiones al fenómeno de Internet y la piratería, intentando eliminar de la red las webs de descarga online. Sin embargo, el panorama está cambiando. Tras doce ejercicios consecutivos sufriendo pérdidas, parece que 2014 cerrará en verde.
Todo apunta a que la clave está en los servicios de música online, es decir, en streaming, que proporcionan un tercio del dinero que reciben las discográficas en España. Por ejemplo, el sistema de reproducción online
Spotify, según sus últimos datos públicos, tiene 30 millones de usuarios activos y 10 millones de suscriptores de pago. Por su parte, Pandora, tal y como confirma su último informe financiero, cuenta con 77,8 millones de usuarios. Una nueva modalidad a la hora de escuchar música que está traspasando fronteras.
José María Barbat, presidente de Sony Music en España y Portugal, declaró al periódico El Mundo que en un par de años, el streaming sería la principal fuente de ingresos de la compañía. En la actualidad, los ingresos han subido con respecto al año anterior más de un seis por ciento, según datos de Promusicae. Además, la venta de discos físicos creció ligeramente y la digital bajó un poco. De esta forma, el impulso se asienta en el aumento de un catorce por ciento del negocio relacionado con la escucha de música online en servicios de pago o financiados con publicidad.
La verdad es que este cambio es una luz que parecía apagada desde hace muchos años. En países como Suecia, Noruega o Finlandia escuchar música en streaming ya supera más del 70 por ciento del negocio.
Esto obligaría a las discográficas a desarrollar productos diferentes para los consumidores tradicionales y el de Internet. “Hay muy pocos usuarios que pagan una suscripción, de modo que se genera poco beneficio. Si en el futuro ésta va a ser la principal fuente de ingresos, ¿será sostenible el negocio?“, señala Barbat.
Lo mejor de todo esto es que el cambio favorecerá a las compañías independientes, ya que les permitiría llegar a un público al que nunca habrían llegado antes. En este campo de batalla, las grandes empresas siempre quieren un trozo del pastel. Apple compró hace unos meses Beats por 2.300 millones de euros, Amazon reaccionó con Prime Music y Google está ultimando los detalles de su servicio por suscripción de YouTube.
En definitiva, la tendencia dentro de unos años será que el mercado musical se repartirá entre ventas de discos y el servicio en streaming, en la que los ingresos de la reproducción online serán mayores que los de la venta física.
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