En la última Maker Faire de Roma, el CEO de WASP, Massimo Moretti, presentó un prototipo de impresora 3D para fabricar casas en zonas rurales, a base de barro, es decir que utiliza como “filamento” una mezcla especial de barro y material fibroso.
La impresora requiere una alimentación constante de un barro lo suficientemente líquido y libre de restos como para que no afecte negativamente el funcionamiento de su extrusor.
De hecho, Moretti explica que el desarrollo del extrusor fue un desafío considerable, y a medida que se fabriquen nuevas variantes, la impresora 3D podrá aplicar otras mezclas. Por ahora, el prototipo tiene una altura de seis metros, y puede imprimir estructuras de dos metros de ancho por tres de alto. Moretti agregó que es muy fácil de trasladar, y sólo necesita el esfuerzo de dos personas para su ensamblaje.
WASP financió la investigación y el desarrollo de esta impresora 3D gracias a los ingresos obtenidos con sus modelos de impresoras destinados al consumo general, que no solamente trabajan con plástico, sino también con cerámica. El siguiente paso es encontrar un lugar que permita llevar a cabo una prueba de concepto más contundente. Moretti dijo que ese lugar podría ser la isla de Cerdeña, el año entrante.
A través de los siglos el ser humano creó toda clase de estructuras con barro, desde refugios sencillos hasta ciudades enteras.
Uno de los materiales más antiguos que se usó y aún se usa para construir, es el adobe. Desde un punto de vista técnico, el adobe no es otra cosa más que la combinación de barro, arena, agua y algún componente fibroso como la paja, encapsulada en forma de ladrillo.
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