Un joven colombiano que sufrió una fractura de cráneo se convirtió en el primer latinoamericano en recibir un implante en titanio fabricado mediante tecnología 3D por una empresa colombo-española que aspira a revolucionar la medicina mundial.
El pasado 12 de septiembre, un equipo de especialistas de la Fundación Hospital San Pedro, de la ciudad de Pasto (sur), implantó una malla craneofacial de titanio a un paciente de 17 años para corregir una lesión que sufrió en un accidente en motocicleta, procedimiento que no se había usado en Latinoamérica ni en España.
"El paciente se intervino un viernes y se le dio de alta el martes siguiente sin sintomatología importante, porque no tenía dolor de cabeza ni edema grande, lo cual no ocurre con el método tradicional", dijo a Colombia.inn, agencia operada por Efe, el director científico de la firma Osteophoenix, Mauricio Lizarazo.
El implante fue desarrollado por la empresa biotecnológica Osteophoenix, fundada hace diez años en Bilbao (España) y con presencia desde 2013 en Colombia, especializada en ingeniería de órganos y tejidos.
Osteophoenix fue creada por dos odontólogos colombianos que decidieron innovar al emplear la técnica de diseño y fabricación asistida por computador, conocida como "cad cam", para reemplazar partes del cuerpo humano.
"Estamos adaptando tecnologías y desarrollando instrumentos para que se puedan copiar a la medida los tejidos de un paciente que se han perdido por cáncer, trauma, defecto congénito o genético, entre otros", dijo el experto.
Los resultados cumplieron con las expectativas de los especialistas, toda vez que la operación estaba programada para seis horas y duró solo dos, debido a que el material del que está hecho el implante es biocompatible y a que este fue elaborado a la medida del paciente, lo cual hizo posible su pronta recuperación.
Además la pieza, cuyo costo fue de 10.000 dólares, resultó ser más económica que una tradicional elaborada en polimetilmetacrilato y que vale 20.000 dólares en el mercado.
Con estas ventajas como carta de presentación, la empresa, que aspira a finalizar el 2014 con una facturación de 600.000 dólares en Colombia, se alista para llegar con sus artículos quirúrgicos a México, Chile, Perú y Estados Unidos y alcanzar los cinco millones de dólares en ventas en 2015.
Esta firma tiene actualmente la única impresora de titanio para aditamentos médicos en España y es allí en donde fabrica los dispositivos, ya que en Colombia no se permite manipular este material debido a que puede ser usado en la fabricación de armas.
Para cada pieza se toma inicialmente una tomografía axial computarizada de la lesión del paciente que luego se digitaliza y se convierte en una imagen tridimensional en un ordenador.
Posteriormente, se imprime el biomodelo que le sirve al cirujano de guía para programar la operación, quien deberá aprobar el diseño antes de ser fabricado.
En busca de que su técnica se masifique, Osteophoenix firmó en Colombia, donde cuenta con sedes en Bogotá y Medellín, ciudad a la que llegó de la mano de la corporación mixta Ruta N para investigar defectos craneales, un convenio con la empresa Vittalmédica para aplicarla en otras patologías de difícil atención como oncología ósea y articular.
También Osteophoenix prevé abrir el próximo año en la Fundación Hospital San Pedro el primer centro mundial de diseño y confección de implantes en titanio para neurología, maxilofacial y ortopedia.
"Avanzamos hacia nuestro sueño de que en cada hospital exista un departamento de ingeniería de órganos y tejidos a la medida para que la medicina se personalice y dejar atrás con ello la estandarización actual", aseguró Lizarazo sobre los planes de esta compañía.
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