Inspirados por la anatomía humana, un grupo de investigadores nipones creó "músculos artificiales” más versátiles y potentes que los motores convencionales, con los que aspiran a revolucionar la robótica y la asistencia para discapacitados.
Los músculos robóticos podrían facilitar actividades de gran exigencia física, como las operaciones de rescate o la carga de mercancías, así como la movilidad de personas impedidas.
El proyecto se cuece en un destartalado laboratorio del Instituto Tecnológico de Tokio, donde el profesor Koichi Suzumori y su equipo de jóvenes científicos trabajan desde hace tres años en perfeccionar una idea que el investigador concebió a petición de una empresa y que luego desarrolló de forma experimental en el ámbito académico.
Entre cables, computadoras, herramientas y aparatos difíciles de identificar destaca un esqueleto humano. Los huesos de una de sus piernas están cubiertos de lo que parecen manojos de cuerdas blancas, conectados a su vez a tubos transparentes.
Se trata de "músculos de fibra artificial”, compuestos por tubos de caucho y poliéster entrelazados que se expanden o contraen al aplicarles aire a alta presión, "exactamente igual que sucede con los músculos humanos cuando reciben estímulos nerviosos”, explicó Suzumori.
Este principio de funcionamiento neumático es "una vieja idea” que ya se aplica en dispositivos de gran tamaño usados en maquinaria industrial, pero Suzumori señala que la "novedad clave” de su proyecto es el desarrollo de microfibras sintéticas "muy finas, flexibles y ligeras”.
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