Mientras todavía se discute cuál es la composición más confiable para establecer una colonia en el espacio, un consorcio japonés dejó de contemplar los cielos para fijar su mirada bajo las aguas. La empresa de ingeniería Shimizu Corp anunció su plan para erigir Ocean Spiral, la primera ciudad submarina construida por el hombre con capacidad para alojar a 5.000 habitantes.
Este universo acuático, que cuenta con el asesoramiento de la Universidad de Tokio y la Agencia Japonesa de Ciencias Marinas y Tecnología (JAMSTEC), fue concebido para capitalizar la inmensidad oceánica y buscar una solución a la expansión demográfica de la humanidad.
La ambiciosa estructura estará dividida en tres secciones y tendrá una extensión de 75 pisos. La parte superior constituirá la zona habitable y la base se destinará a investigaciones científicas, donde se podrán explorar nuevas formas de excavación y utilización de los recursos energéticos de los fondos marinos.
A unos metros de la superficie funcionará una esfera flotante llamada Blue Garden con un diámetro de 500 metros. El formato circular fue elegido para proporcionar la resistencia adecuada a la gran presión externa del agua y ser capaz de resistir climas extremos, terremotos y tsunamis, los cuales son muy comunes en el país asiático.
En los diferentes niveles albergará oficinas, un hotel con 400 habitaciones, un complejo comercial y una zona residencial. Los ciudadanos y visitantes podrán ingresar a través del nivel superior de estas instalaciones mediante barcos.
Este domo flotante quedará vinculado a una espiral de 15 kilómetros que viajará hasta el fondo del mar y permitirá la inmersión del complejo, al tiempo que servirá como ancla para que la estructura no se desplace a la deriva. Esta urbe soñada por Julio Verne estará cimentada con resinas, que toman forma a través de impresoras en 3D de escala industrial.
Al otro extremo de la espiral se levantará el Earth Factory, un laboratorio y un puerto submarino para estudiar el fondo del océano y extraer minerales como cobre, cinc y otros recursos naturales ampliamente utilizados para confeccionar productos como electrónica de consumo y automóviles.
Otra de las virtudes de este ambicioso programa es el aprovechamiento de recursos naturales de forma sostenible. Así, los generadores de energía situados a lo largo de la espiral utilizarán las diferencias en la temperatura del agua de mar para crear energía adicional mediante la aplicación de conversión térmica. El agua potable la cosechará mediante la técnica osmosis inversa.
De acuerdo con los cálculos, la metrópoli demandará cinco años de planificación y su costo rondará los 25.000 millones de dólares.
La empresa cree que la tecnología para materializar esta iniciativa y sostener la vida bajo la superficie estará listo recién para 2030.
En la actualidad, Shimizu espera lograr financiación privada y gubernamental para materializar su idea. Para convencer a los inversores ha manifestado que los proyectos como el Ocean Spiral podrían ser necesarios en el futuro para hacer frente a problemas como el aumento del nivel del mar, el aumento de la población y la necesidad de crear nuevas fuentes de energía limpia.
Para Christian Dimmer, del departamento de estudios urbanos de la Universidad de Tokio, el proyecto es una "tecno-utopía” que responde a una crisis, en este caso al cambio climático y el creciente nivel del mar. Y agregó: "Experimentamos algo similar en Japón en los 80, cuando esta corporación propuso la construcción de subterráneos, torres con una longitud de un kilómetro. Es bueno que mentes creativas expriman sus cerebros para lidiar contra el cambio climático, el incremento de los niveles del mar y sociedades resilientes”.
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