¿De Detroit a San Francisco? La industria del motor de Estados Unidos empezó en la primera de esas ciudades. Pero ahora podría estar mudándose a la segunda.
Primero, Tesla con sus coches eléctricos. Después, Google con su coche que se conduce solo. Y ahora, según 'The Wall Street Journal', Apple.
De acuerdo con la información publicada por el diario neoyorkino, Apple tiene desde hace un año un equipo formado por 1.000 empleados trabajando en el diseño de un coche eléctrico de gama alta bajo la dirección de Steve Zadesky, el hombre que diseñó el iPhone y el iPod. La empresa también ha llevado a cabo 'fichajes' de peso del campo de la automoción en fechas recientes, como el ex consejero delegado de I+D de Mercedes Benz en Norteamérica, Johann Jungwirth, y ha contactado a la división austriaca de la empresa canadiense de componentes Magma.
Según la revista Wired, Apple tiene 46 empleados que han trabajado en Tesla, y cientos-si no miles-que vienen del sector de la automoción Hace poco más de un año, Mickey Drexler, miembro del consejo de administración de Apple, declaró que, si el fundador de la empresa, Steve Jobs, viviera, "querría hacer un iCar", en referencia al hábito de Apple de poner la "i" minúscula precediendo a muchos de sus productos, como iPod, iPhone, iTunes o iPad.
El 'iCoche', si es que se acaba llamando así-por ahora, el nombre del proyecto es 'Titan'-, tardará años en llegar. Presumiblemente, integrará su propio software con el de los productos de Apple, de modo que el coche y, pongamos por caso, el teléfono, estén integrados, como ya están haciendo otras empresas como, por ejemplo, Google con los termostatos y las alarmas contra incendios con Nest. En principio, el coche de Apple parece destinado a competir directamente con Tesla.
Ahora bien, que Apple esté investigando la posibilidad de construir un vehículo no quiere decir, ni mucho menos, que vaya a hacerlo. La empresa tiene la tecnología y el dinero, pero carece de la experiencia en esa industria. No tiene canales de distribución. Y no tiene contactos con proveedores. En 2014 se hizo público que Apple había estado negociando la compra de un paquete de acciones en Tesla, pero que las conversaciones no habían llegado a buen puerto. Google emplea coches Toyota y Roush para el Google Car, que no necesita conductor y que espera comercializar en unos años. Lo que sí le sobra a Apple es el dinero: la compañía tiene 179.000 millones de dólares (157.000 millones de euros) de liquidez. Más de la mitad de esa cifra está fuera de EEUU ya que, si lo repatría, deberá pagar impuestos. A pesar de que Apple está llevando a cabo un masivo programa de dividendos, la empresa sigue acumulando reservas.
Sin embargo, la mera investigación en ese sector puede ser muy útil para Apple. En primer lugar, todo lo que tenga que ver con baterías es clave para una compañía que vive fundamentalmente de la fabricación de dispositivos que almacenan energía que obtienen de un enchufe. En segundo término, la integración de elementos informáticos en los coches es una de las claves de la industria del motor. Finalmente, Cook es un experto en logística. Y, aunque no llega a los extremos de los coches, Apple es una empresa que fundamentalmente diseña y ensambla, dejando la fabricación subcontratatada a terceros.
Apple, siguiendo su la opacidad que es habitual en ella -y en los demás gigantes tecnológicos- no ha confirmado ni desmentido la noticia. Pero eso no ha aplacado la especulación. Según la agencia de noticias Reuters, el vehículo en el que está trabajando la empresa de la manzana sí será autónomo, es decir, no necesitará conductor.
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