Estimados lectores, este fin de semana pondremos sobre la mesa un tema que se ha vuelto muy popular entre las personas del nuevo milenio: el multitasking. Este concepto, que se escucha esotérico para muchos de nosotros, hoy en día se ha vuelto tan popular que ha logrado trascender la barrera de las especializaciones profesionales, los idiomas y hasta las culturas, y se reconoce en la mayoría de los países como la capacidad para hacer muchas tareas a la vez, por ejemplo, enviar un mensaje de WhatsApp, leer un informe del trabajo en nuestra laptop y almorzar con la familia, todo al mismo tiempo.
El término multitasking, de origen anglosajón, nace de la informática y los sistemas, y se relaciona con el momento en el cual una computadora ejecuta, de manera independiente y paralela, dos o más procesos diferentes.
Así observamos que, gracias a la cada vez mayor adopción de las nuevas tecnologías en nuestras vidas, hoy en día los seres humanos tendemos a desenvolvernos bajo un modelo de multitasking, vivimos acelerados y conectados, y cada vez nos vemos más saturados por la cantidad de tareas a lo largo de un día, cuyas 24 horas parecieran no alcanzar para todo lo que debemos hacer.
Multitasking en la vida laboral
En el nuevo escenario económico mundial de constante crisis, las organizaciones van pidiendo a sus profesionales que desempeñen múltiples tareas de forma eficiente, coadyuvando a cumplir con los objetivos institucionales de la manera más rápida y menos costosa posible. Hoy, pareciera que las oportunidades de trabajo son para los que pueden jugar diversos roles por medio del uso de múltiples habilidades, siendo empleados polivalentes que tienen la capacidad de trabajar en el "modo multitasking” en las diferentes tareas que se le asignen. Un empleado así suena al empleado ideal que toda empresa quiere tener, logrando todas las actividades asignadas en el menor tiempo posible.
Es así que en lo laboral, el multitasking es muy bien visto, es sinónimo de gente eficiente, planificadora y conectada. Ver profesionales que trabajan en muchos proyectos a la vez y están constantemente conectados al Skype, WhatsApp o e-mail nos da confianza, pues los percibimos como buenos gerentes que pueden "jugar con varias pelotas a la vez”. Pero, ¿será esta en realidad una cualidad positiva en las personas?
Multitasking en la vida personal
Durante los últimos años, estimados lectores, cuando se conversaba sobre este tema yo sacaba pecho de orgullo al considerarme un profesional multitasking del nuevo milenio.
Sin embargo, en los últimos meses me he venido cuestionando cuán beneficioso puede ser ello, no sólo en el ámbito laboral, sino también en el personal. Después de investigar varios artículos y revistas virtuales al respecto, me sorprendieron algunos de los resultados que encontré, que paso a compartir con ustedes para alarmar su mañana de domingo.
En un estudio reciente de la Universidad de Utah de los Estados Unidos, se sometió a 310 personas a diversos tests y cuestionarios destinados a analizar sus capacidades reales y percibidas para realizar múltiples tareas, como el uso del teléfono celular cuando manejan sus automóviles o el uso simultáneo de diversos aparatos electrónicos en la vida laboral (como ser sus teléfonos, computadoras o tabletas). La conclusión de dicho estudio fue que las personas que ejecutaban conscientemente diversas tareas, eran justamente las que tenían menos habilidades para hacerlo y no les dedicaban la atención suficiente.
De acuerdo con el estudio, en esas personas, la capacidad de multitasking percibida por ellas mismas resultó estar significativamente sobrevaluada. Asimismo, este trabajo reveló que las personas que realizan varias actividades al mismo tiempo son menos capaces de bloquear las distracciones y concentrarse en una tarea específica y única.
Aún más, según otra investigación de la Universidad de California, también de los Estados Unidos, el comportamiento multitasking crea una lucha entre dos partes del cerebro: el hipocampo, que es el encargado de hacernos recordar cosas, y el telencéfalo, el responsable de darnos la habilidad de realizar tareas repetitivas.
Que ejecutemos muchas actividades a la vez nos lleva a tener dificultad para recordar las cosas que se acaban de hacer y, peor aún, cuando tenemos la presión de "apagar varios incendios a la vez”, nuestro sistema nervioso se altera y nos sentimos ansiosos. Nos aparecen problemas como el estrés, dolores de cabeza, gastritis y hasta insomnio, porque no podemos dormir pensando en todas las actividades que debemos realizar.
Después de analizar todo ello, estimadas amigas y amigos, ahora considero que quizás no sea tan bueno andar todo el tiempo en "modo multitasking”, pues a lo mejor, y sin darnos cuenta, nosotros mismos nos estamos sobrecargando de estrés y destruyendo nuestra salud física y mental. Más bien, tal vez sea recomendable bajarle la velocidad al acelerador y seguir el sabio refrán que siempre repetían nuestros abuelos: "El que mucho abarca, poco aprieta”.
* El autor, economista, es experto en finanzas.
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