L’Oreal necesita piel humana. Montones de ella. Por eso el gigante francés de cosméticos, a principios de mayo, anunció que está asociándose con la startup Organovo, especializada en la impresión de componentes orgánicos, para encontrar la manera de realizar impresiones 3D de tejidos vivos que puedan ser utilizados para probar la toxicidad y eficacia de los productos.
Según algunos portales web de medios de comunicación extranjeros, esta no es la primera incursión de L’Oreal en la producción de piel. Buscando evitar la experimentación con animales, la compañía comenzó a cultivar dermis en la década de 1980.
En Lyon, Francia, funcionan instalaciones de laboratorio del tamaño de tres piscinas olímpicas, dedicadas íntegramente al crecimiento y análisis de tejidos humanos. Al menos 60 científicos trabajan en el lugar, cultivando más de 100.000 muestras de piel anualmente. Eso es aproximadamente cinco metros cuadrados de piel por año, o 54 pies cuadrados, aproximadamente el equivalente a una piel de vaca.
Cada muestra es de 0,5 centímetros cuadrados de tamaño. La más gorda es de un milímetro de espesor. L’Oreal gasta cerca de 3,7% de sus ingresos, más de mil millones de dólares al año, en investigación y el desarrollo. Eso es casi el doble del estándar de la industria.
Un ejército de unos 3.800 científicos de L’Oreal, en casi 50 países, trabaja en la creación de los avances de belleza, con máquinas que hacen cosas como lavar el pelo una y otra vez o dan imágenes en 3D de células. (Agencias)
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