El agotamiento de las direcciones IPv4 es sólo una pequeña muestra de una realidad clara, y es que Internet se satura poco a poco y en diferentes niveles.
Uno de los que ha centrado la atención de los expertos son los cables de fibra óptica que transmiten el tráfico de Internet, cuya capacidad es limitada y se ha ido incrementando a lo largo de los años mediante amplificaciones de señal.
De momento ese truco ha funcionado, pero la mala noticia es que no durará para siempre, ya que llegado un cierto punto la fibra se satura y la calidad de la señal se degrada, un límite que al parecer estamos a punto de alcanzar.
Según el especialista francés en comunicaciones René-Jean Essiambre el límite actual de la fibra óptica es de 100 terabits por segundo, un máximo que en su opinión podría ser superado dentro de unos cinco años, aproximadamente.
Entre los principales culpables de esta saturación los dedos acusadores de los expertos se centran en el auge del consumo de contenidos online, ofrecidos por sitios como Netflix y YouTube, entre otros.
De momento no hay una solución concreta y fija con la que hacer frente a este problema, pero se barajan dos grandes opciones.
La primera es seguir incrementando la potencia de la señal y buscar una forma de “limpiar” las distorsiones, mientras que la segunda busca encontrar nuevas fibras que permitan transmitir mayor cantidad de datos.
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