por Martin Gren, cofundador de Axis Communications
En el mundo de la moda, las tendencias acostumbran a ir por ciclos. Pasan diez o veinte años y, de repente, esa vieja chaqueta vuelve a estar de moda. Y a veces lo mismo ocurre en el mundo de la tecnología: viejas ideas vuelven a emerger con enfoques totalmente nuevos. Un buen ejemplo es el concepto del Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). La idea se basa en gran medida en las tecnologías de cliente ligero y servidor ligero, tan populares a mediados de los noventa. Aunque los expertos en seguridad física tal vez se pregunten cómo influirá el concepto de IoT en el futuro del sector, para encontrar la respuesta basta con echar la vista atrás. Cada vez son más los dispositivos de seguridad basados en IP que sustituyen los viejos sistemas analógicos, por lo que los fabricantes de productos de seguridad se hallan ante el reto de ayudar a los usuarios a integrar el enorme volumen de información generado por el IoT en sistemas de inteligencia empresarial realmente eficaces.
El pasado de una tecnología con mucho futuro
Nuestro camino en el diseño de dispositivos de red inteligentes empezó en 1995. Por aquel entonces, la tecnología de los clientes ligeros era una apuesta liderada principalmente por Oracle y Netscape. Esta solución permitía a las empresas poner en manos de múltiples usuarios una mayor potencia de procesamiento, gracias a la posibilidad de compartir un servidor común de gran capacidad. Los clientes ligeros no solo reducían el coste total de propiedad del sistema, sino que la apuesta por un recurso centralizado permitía también mantener unos servicios de computación de primer nivel en el conjunto de la empresa.
Axis replanteó el concepto del cliente ligero e inventó la denominada tecnología “Thinserver”, con el objetivo de disponer de una red más inteligente y conseguir que los dispositivos que compartían la infraestructura no solo resultaran más baratos sino también más fáciles de gestionar. Este movimiento conectaba perfectamente con la idea de ampliar los horizontes de un negocio por entonces limitado a los servidores de impresión, pequeños dispositivos de red que permitían conectar impresoras a redes. La tecnología Thinserver no tardó en convertirse en la referencia para el desarrollo de sistemas de servidores para la conexión de casi cualquier equipo a la red, desde sistemas de almacenamiento ópticos o de domótica hasta trenes en miniatura o luces de Navidad.
Sin embargo, los productos Thinserver más importantes desarrollados durante esa época fueron las cámaras de red y codificadores de vídeo de red, que contribuyeron a revolucionar totalmente el sector. En la actualidad, los dispositivos de vídeo en red instalados en todo el mundo por diferentes fabricantes se cuentan por decenas de millones. Las prestaciones de red abrieron la puerta a implantar el vídeo en grandes áreas, con lo que la vigilancia urbana dejó de convertirse en un lujo y pasó a estar al alcance de cualquier ciudad.
Echando un vistazo a los documentos técnicos redactados hace 20 años, descubrí una asombrosa coincidencia entre las primeras tecnologías Thinserver y el entorno actual de IoT. Desde nuestra mirada actual, los millones de servidores de impresión que comercializamos a finales de los noventa fueron seguramente los primeros dispositivos IoT implantados a gran escala.
Las primeras cámaras de red se introdujeron en 1996 y, en 1999, pasaron a integrar LINUX para crear una arquitectura abierta que convirtiera los dispositivos de vigilancia de red en soluciones prácticas para el conjunto del sector de la seguridad. Esta apuesta por un desarrollo de sistemas abierto no solo pasó a ser nuestro modelo de negocio, sino que abrió la puerta a una auténtica revolución en el terreno del vídeo en red.
En los últimos años, ante las expectativas generadas por la tecnología IoT, los productos de seguridad basados en el concepto de IoT aguardan también su oportunidad. Estos dispositivos pueden obtener y compartir automáticamente datos útiles con otros dispositivos IoT. Y, por su condición de dispositivos de red, pueden controlarse de forma remota. Además, la conectividad entre dispositivos ofrece a los usuarios finales una información posicional más completa de diferentes emplazamientos.
En este entorno, un sistema de control de acceso con IP podría transformar una puerta en un dispositivo IoT inteligente. Capaz de funcionar como un dispositivo IoT, el controlador de puerta en red puede configurarse para un entorno en la nube, en el que el control de acceso sea un elemento más de un sistema alojado. Este esquema resulta especialmente útil para entornos con muchas puertas remotas, que requieren el plus de seguridad que aporta la integración del vídeo. Gracias a las ventajas de la tecnología PoE, los costes de instalación del controlador de puerta en red se reducen y, al mismo tiempo, aumenta la fiabilidad del sistema. En conjunto, un controlador de puerta basado en IP ofrece un mantenimiento más sencillo, más flexibilidad y escalabilidad y un coste total de propiedad menor que su equivalente analógico.
Y para reforzar la apuesta por las cámaras IP y los controladores de puerta en red, es posible añadir accesorios y complementos como megáfonos o altavoces IP. El megáfono, otro dispositivo IoT, puede activarse automáticamente a través de sensores de detección de movimiento por vídeo e intrusión para que reproduzca un mensaje de audio grabado, una opción especialmente útil para evitar los grafitis o para asegurarse de que todos los visitantes abandonan los parques por la noche. Y si está integrado con un sistema de gestión de vídeo, un operador remoto puede hablar directamente con cualquier posible intruso, lo que puede representar un gran ahorro económico para una ciudad. Gracias a las prestaciones IoT y a los estándares abiertos, puede integrarse fácilmente con otros dispositivos IoT de estándar abierto. Lo mejor de todo es que, con unos altavoces compatibles con SIP, es posible asociarle un número de teléfono como cualquier otro dispositivo de telefonía VoIP.
Otros terrenos en los que la tecnología IoT puede resultar de gran ayuda son, por ejemplo, los terminales de emergencias. Un terminal de emergencia con vídeo garantiza poder disponer de una información más completa y precisa de la situación. Si el terminal de la puerta es compatible con SIP puede integrarse con cualquier sistema telefónico de emergencia, para asignar la prioridad correcta a cada alerta. Además, el ahorro económico vinculado a la instalación y la integración de sistemas es muy considerable.
Otros factores tecnológicos decisivos para la tecnología IoT
Aunque los dispositivos IoT basados en estándares abiertos han revolucionado el universo de la seguridad física, uno de los factores más importantes en lo que respecta a los costes tiene que ver con la alimentación a través de Ethernet. La posibilidad de usar el mismo cable para proporcionar alimentación al dispositivo IoT y para transmitir datos ha rebajado notablemente los costes de instalación, ya que ha reducido el volumen de cables utilizado en cada proyecto y también la mano de obra necesaria para la instalación de los dispositivos. Con la tecnología PoE, ya no resulta necesario pasar carísimos cables coaxiales hasta los dispositivos de grabación o un centro de control de seguridad, a diferencia de lo que ocurre con las cámaras de vídeo analógicas, sistemas de tarjetas de acceso o intercomunicadores. Con una red PoE, basta con pasar un único cable entre el dispositivo IoT y un switch PoE centralizado. A su vez, un único cable conecta el switch PoE con el dispositivo de grabación o el centro de seguridad, para transmitir los datos de todos sus dispositivos IoT conectados.
Otro factor que ha revolucionado las reglas del juego son los servicios en la nube. Por su condición de sistemas en red, los dispositivos IoT resultan ideales para los servicios gestionados. La única inversión inicial que deben realizar los usuarios finales son los propios dispositivos IoT. El proveedor del servicio se ocupa del resto del sistema (almacenamiento de datos, portal web seguro para el acceso de los usuarios, actualizaciones del sistema, directorios de usuarios autorizados, mantenimiento continuo, etc.) a cambio de una cuota mensual fija. Y como los sistemas de vigilancia, control de acceso y seguridad física dejan de ser un gasto de capital para convertirse en un gasto de explotación, los usuarios finales pueden aprovechar las ventajas del concepto IoT a un precio muy inferior.
IoT en todas partes
El concepto IoT ha cuajado entre los consumidores. Los termostatos inteligentes, por ejemplo, envían alertas a los propietarios de una vivienda mientras están de viaje. Las cámaras espía permiten a los padres vigilar qué ocurre en casa con sus hijos mientras están con su canguro. Y algunos frigoríficos inteligentes incluso encargan automáticamente determinados productos cuando empiezan a agotarse.
En el mundo de la seguridad, las soluciones IoT ayudan a las empresas a gestionar todos sus sistemas de seguridad, desde sensores de intrusión y alarmas de incendios hasta sistemas de videovigilancia, control de acceso, altavoces, terminales de emergencia o intercomunicadores con vídeo, desde una única plataforma. Los dispositivos de supervisión IoT pueden incluso asociarse a sistemas de control ambiental, para que los sistemas de calefacción, ventilación y refrigeración de un edificio funcionen dentro de unos determinados parámetros. ¿Para cuándo una cafetera inteligente en la sala de reuniones?
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