Hace un par de semanas la multinacional LG lanzó la última apuesta de televisores: la primera pantalla de televisión flexible, tecnología OLED, que es posible adherir a la pared y se la despega cuando no hace falta para liberar espacio. La noticia abre espacio para proyectar la televisión del futuro. El diario El Mundo, de España, publica cinco tendencias sobre este campo.
1. Hacia dos dimensiones. Aún falta mucho para que televisores como el LG, de un milímetro de grosor, lleguen a los hogares, pero las pantallas actuales ya tienen una delgadez sorprendente. La línea X900 de Sony, por ejemplo, tiene menos de cinco milímetros de grosor en el área de su pantalla. Aunque aún es caro, 3.500 dólares en su versión de 55 pulgadas, ya ofrece ciertas promesas para el cliente. La pantalla, además de delgada, ofrece resolución 4K y sistema operativo Android.
2. Estándar UHD o 4K. El principal obstáculo para la adopción del estándar UHD o 4K aún es el precio. Esta situación está cambiando con la irrupción de marcas asiáticas (sobre todo chinas) enfocadas a la gama media y baja del mercado. Haier, por ejemplo, ofrece televisores 4K por de mil dólares. Otras marcas como LG o Samsung, comienzan a rebajar los precios de los modelos con panel 4K. Su llegada al mercado será clave para animar las ventas. En 2014 se vendieron en todo el mundo cerca de 12 millones de pantallas 4K de un mercado total de casi 235 millones de televisores, según FutureSource, pero está previsto que las ventas aumenten hasta los más de 100 millones de unidades en 2018.
3. OLED, eterna promesa. Considerada la eterna promesa del mundo de la imagen, la tecnología OLED estuvo siempre lejos del consumidor medio por su elevado precio y su escasa presencia en el mercado. Sin embargo, LG ha logrado mejorar las técnicas de fabricación de estas pantallas y planea subir la producción de las 600 mil pantallas producidas en 2014, a 1,5 millones para 2015. La ventaja de este modelo frente a televisores LCD es su capacidad de mostrar el negro puro que hasta hace poco sólo podía lograrse con la tecnología de plasma, abandonada ya por prácticamente todos los fabricantes.
4. Curva 4, pero no OLED. Hay consumidores que ven en los diseños curvos algo innecesario y otros que consideran que la curvatura da una sensación de inmersión. Samsung es uno de los embajadores de esta tecnología, que ahora ofrece tanto en modelos LCD-LED con resolución UHD como en nuevos SUHD, una gama de televisores que estrena tecnología Quantum Dot. La televisión curva de 55 pulgadas JS8500 de Samsung se vende por unos 2.800 dólares.
5. Más inteligentes. Las pantallas más avanzadas no compiten sólo en curvatura, diseño o calidad de imagen. Los fabricantes se interesan por el papel que tiene la pantalla de casa en un mundo cada vez más pendiente de teléfonos móviles y tabletas. Este año se espera que el mercado de televisores inteligentes alcance los 97 millones de unidades en todo el mundo frente a los 86 millones que se vendieron en 2014, según cifras de la consultora DisplaySearch. Samsung tiene una iniciativa propia, SmartTV, que ha alcanzado una gran penetración gracias a la posición dominante de la marca en el mercado de la imagen. Su rival, Sony, en cambio, ha optado por unirse a Google y equipa sus últimos televisores con Android TV. En su gama más avanzada, como esta CX700, Panasonic equipa una versión de FirefoxOS.
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