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09 agosto 2015
Software libre: Compartir el conocimiento
Todo el sistema está hecho para que, desde que llegamos al colegio hasta cuando salimos de la universidad, seamos adictos a una u otra marca, a una u otra tecnología. Por eso la soberanía tecnológica es la libertad basada en el conocimiento, en la formación.
Es claro y contundente, dice que el software libre no es el fin sino la tecnología que permite tener un gobierno más eficiente. El español Ramón Ramón Sánchez, activista, consultor internacional en políticas tecnológicas y comunicación, docente y divulgador, está en Sucre para impartir sus conocimientos a los 42 alumnos de la primera versión de la Maestría de Software Libre, que organiza la Universidad Andina “Simón Bolívar”.
Ramón Ramón integra la Red Internacional de Software Libre (RISol) y escribe en su muy visitado y premiado blog “Software Libre y Comunicación” (ramonramon.org).
Nosotros le hicimos la siguiente entrevista:
ECOS. El software libre ha ganado terreno en Bolivia. ¿Cuál es la situación actual de este tema a nivel de Iberoamérica?
Ramón Ramón (RR). Uno de los países que empezó con más impulso fue España, más concretamente Extremadura y Andalucía; posteriormente se fueron sumando más comunidades o departamentos. Nunca hubo una política de Estado, a nivel de España, de software libre (SL).
Posteriormente empezó muy fuerte en Brasil, desde que llegó Lula al Gobierno; incluso los dos principales bancos de ese país, Banco do Brasil y la Caixa, usan SL. Venezuela lleva muchos años hablando de “soberanía tecnológica”: el SL como herramienta para la soberanía tecnológica, para aquellos conflictos que tienen con los vecinos del Norte.
Ecuador también lleva mucho tiempo apostando por el SL, y luego hay una serie de países, como pueden ser Bolivia o Uruguay, que tienen ciertas reglamentaciones, leyes, artículos que hablan de SL pero que no es la realidad: en la calle no es una realidad el SL. Y España, hoy en día, lamentablemente, está abandonando las políticas de SL. Porque al final, si no entiendes que el SL no es algo tecnológico sino político, realmente depende mucho de las personas que estén dirigiendo la administración pública.
ECOS. Política, tecnología y software libre parecen ir de la mano, ¿tiene que ver con la cuestión ideológica de los gobiernos? ¿Es una casualidad que el SL haya avanzado principalmente en países socialistas o de carácter progresista?
RR. Coincido contigo, se asocia mucho el SL a los países más de izquierda o socialdemócratas. Pero realmente lo bonito del SL es que fomenta el conocimiento compartido, la justicia social; aunque el SL también se puede considerar de derecha, porque es la herramienta tecnológica que fomenta más el libre mercado, que va con principios de la derecha. Pero es cierto que casi todos los gobiernos que apuestan por el SL, mayoritariamente, son de izquierda.
ECOS. ¿Por qué es importante, para usted, que un país adopte como política pública, de Estado, el software libre?
RR. Lo importante es el concepto de la soberanía tecnológica, no es el SL. Los apasionados del SL nos hemos equivocado exigiéndoles a los gobiernos software libre; teníamos muy claro lo que era el SL, pero no éramos capaces de trasladarlo.
ECOS. ¿Y entonces cuál es la importancia de la soberanía tecnológica?
RR. Es que el control de los sistemas de información, y por lo tanto del propio país, esté en manos de los representantes elegidos democráticamente por el país y no de las corporaciones tecnológicas extranjeras. La única manera de que el país tenga el control de su tecnología es con SL, por las propias libertades y características de este: que cualquiera puede usarlo para lo que quiera, sin ningún tipo de limitación; que puedes acceder al código, es decir, a las tripas de cómo funciona el código y por lo tanto lo puedes mejorar o adaptar a tus necesidades; que fomenta el estudio y el compartir ese código, y que además lo puedes distribuir tantas veces como quieras.
Todo software que se genere con dinero público debería ser software público. Porque si se genera con dinero público, lo pagamos entre todos y ese software tendría que estar a nuestra disposición. Lo que ocurre normalmente es que algún ministerio, alguna institución, contrata a una empresa para que desarrolle un software, una aplicación, un programa, y esa empresa se lo vende luego a todos los ministerios, a todas las instituciones. Hizo una vez el desarrollo, pero lo rentabilizó al 500 o 1.000 por ciento, dependiendo a cuántos ministerios o instituciones lo vendió.
La forma más eficiente de usar los recursos públicos es: Una vez que yo contrato una empresa para que me desarrolle un software como Estado, ese software es mío, tanto la aplicación ejecutable como el código. Y además, como es mío, del Estado, a ese software debo —no es que puedo— compartirlo con el resto de las instituciones públicas que lo necesiten. Y yo creo que esa es la grandeza del SL dentro de la administración pública, es que se usan los recursos públicos de forma eficiente.
Se dice que cuando una administración pública apuesta por un software privativo, el 90 % del esfuerzo económico se destina a pagar royalty (derecho de uso). Cuando un Estado usa SL, ese 90 % se queda en el propio país, no hay salida de divisa. A lo mejor vale igual. La gente piensa que el SL es gratis, o que el SL es más barato que el software privativo; no lo es, lo que pasa es que se deriva el destinatario del fondo: con software privativo ese dinero va a multinacionales alemanas o norteamericanas, con SL ese dinero va a empresas, a emprendedores y a profesionales de la región.
ECOS. En Latinoamérica está muy presente el tema de la piratería y, entonces, no existe la costumbre de pagar por software privativo.
RR. Pero eso no es real. Bolivia, como en España y como en muchos otros países, hay mucha piratería informática, pero a nivel de ciudadanos, de sus casas; incluso de empresas pequeñas. Pero a nivel de Estado, ahí se gastan millones de dólares en licencias. Es una política fomentada por las transnacionales de siempre: “Yo te dejo copias para que todo el mundo se vaya acostumbrando a esa tecnología”. Y cuando eso ocurre, sí o sí tenemos que exigirles a nuestros empleadores, sean públicos o privados, que compren esa tecnología porque es la única que sabemos manejar. Entonces, es otra manera de difundir su software permitiendo la piratería.
ECOS. ¿Qué pasa con el sistema educativo y el software que utiliza para la formación de los estudiantes?
RR. Los defensores del SL entendemos que ya está bien que en las universidades se capacite a los futuros profesionales en una u otra herramienta. Lo que hay que capacitar a los profesionales es en conceptos, ¿y qué estamos haciendo en las universidades y en los colegios? Estamos convirtiendo a los estudiantes y futuros profesionales en adictos a una u otra marca, a una u otra tecnología. Por eso para Microsoft es muy fácil regalar software a los colegios, por eso llega y te regala la computadora si es necesario.
Si tienes al Estado capacitando y formando a todos los futuros profesionales en sus herramientas, estás haciendo un público cautivo, y nadie intenta cambiar eso.
En Extremadura y Andalucía todos los escolares, todos, se capacitan con SL, y hay diferentes estudios que demuestran que el aprendizaje es mucho mejor con SL que con software privativo.
Pero todo el sistema está hecho para que, desde que llegamos al colegio hasta cuando salimos de la universidad, seamos adictos a una u otra marca, a una u otra tecnología. Por eso la soberanía tecnológica es la libertad basada en el conocimiento, en la formación.
ECOS. ¿Qué es el conocimiento libre?, ¿un sinónimo de software libre?
RR. Desde mi punto de vista, es algo mucho más global. Engloba el SL como la tecnología que te permite compartir, pero también incluye cultura libre: todos esos movimientos de activistas que entienden que la cultura se defiende compartiéndola y no vendiéndola.
También se entiende a todos los movimientos de ciudadanos organizándose en torno a la “sociedad red”, en la que Internet ya no solo es una fuente de información sino una manera de organizarnos, y ha cambiado a la propia sociedad.
Todos esos movimientos que existen a nivel mundial, en los que el principio principal es que no hay mejor forma de crear una sociedad que compartiendo y no aislándome, y no quedándome con el conocimiento para mí solo, todo eso es conocimiento libre.
ECOS. Usted, como activista, ¿promueve una movilización ciudadana a favor del SL?
RR. Como ciudadanas y ciudadanos debemos ser parte de la sociedad, porque siempre ocurre lo mismo: estamos cansados de que los políticos sean corruptos, sean ladrones, etc., pero los ciudadanos no hacemos nada para que eso no pase; es más, seguimos votándolos y los reivindicamos.
Surgen nuevas formas de actuar, de organizarse, en las que queremos que los representantes políticos usen los recursos públicos de forma eficiente, no al antojo de cada uno.
Yo leía en vuestro periódico (Correo del Sur) cómo cada vez que llega un gobernante, deshace todo lo que ha hecho el anterior [Nota del Editor: se refiere a una declaración del Ing. Edmundo Zelada al suplemento económico Capitales del martes 4 de agosto], parte de un sello que pasa a nivel mundial: cualquier gobernante que llega a la administración, como que pretende deshacer todo lo que haya hecho el anterior, aunque sea bueno, para poner su propia estampa, su propio sello.
Entonces, como ciudadanos y activistas lo que reivindicamos es que tengamos mejores gobernantes y hagan un mejor uso de los recursos públicos, que siempre son lamentablemente muy limitados.
ECOS. ¿Hay relación entre el SL y el denominado “Gobierno Abierto” o “Electrónico”?
RR. Al final, todo está relacionado. Algo que entendimos la gente del SL es que el SL es algo político; no es algo tecnológico, es social. Y por lo tanto tuvimos que aprender y trabajar mucho en el aspecto político, relacionarnos con representantes políticos, partidos, dirigentes, empezar a entender… Y de hecho, si hoy en día los países donde más SL hay, es porque muchos de los dirigentes del SL se metieron en partidos políticos.
Gobierno Abierto es que los nuevos gobiernos comiencen a conversar con la ciudadanía basándose en tres pilares: transparencia, colaboración y participación. Todo esto se fomenta de una forma más natural con SL.
El SL no puede ser el fin, es la tecnología que nos permite tener un gobierno más eficiente. Y "Gobierno Abierto" podría entenderse como una vertiente que surge pos software libre.
Incluso hay otro concepto, "open data", que significa que toda la cantidad de información que tienen los gobiernos —de catastro, de impuestos, de todo— debe ser liberada para que las empresas y los ciudadanos la tomen, la procesen y la conviertan en información útil.
En fin, hay una serie de movimientos, todos relacionados entre sí, con sus características concretas pero que todas tienen el mismo padre, que sería el SL cuando se creó por Richard Stallman en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), diciendo que ya estaba bien que el conocimiento se privatizara, se cerrara; que el conocimiento había que compartirlo.
ECOS. ¿El SL es un movimiento sin retorno? ¿Cuál es el futuro del SL?
RR. El futuro del SL es el de seguir creciendo; lamentablemente no crece como nos gustaría. Entendemos que no hay nada más importante en esta sociedad que la libertad y el compartir el conocimiento.
Por algo que se llama la “ley de la factura tecnológica”, los cambios siempre llegan antes en el aspecto tecnológico y siempre llegan al último a la sociedad en su conjunto y a los políticos. Y con el SL está pasando algo igual: hay muchas empresas que usan SL; hay un estudio que dice que alrededor del 30 % de todas las empresas usan algo de SL, sin embargo los gobiernos se están retrayendo mucho, yo diría que por dos cuestiones:
Uno, los funcionarios públicos de tecnología llevan muchos años usando la misma tecnología y son muy reticentes a cambiar. Les cuesta mucho plantearse que pueda haber otra tecnología. Dicen: “Pero eso no funciona, eso solo es para cuatro aficionados, no hay soporte, no hay empresa seria, esto no crea riqueza”.
Dos, toda la corrupción que hay dentro del mundo de la administración pública, ¡cuánto dinero no se llevan en comisiones de cualquier cosa, cuando más en el software!
Yo creo que la corrupción y la ineptitud de los responsables tecnológicos son los dos grandes problemas para que el SL tenga más arraigo.
ECOS. ¿Cómo es la RISol, la Red Internacional de Software Libre?
RR. A nivel internacional existen estructuras que nos hacen estar siempre conectados, primero, por las diferentes herramientas y, segundo, hay proyectos como RISol, la Red Internacional de Software Libre, que creamos una serie de colectivos sociales hace como cinco años, en la que todos los activistas de SL de todos los países de Iberoamérica nos juntamos en torno a un mismo proyecto, que no es ni más ni menos que defender el uso de tecnologías libres, que son las que usan los recursos públicos de forma eficiente.
Nos juntamos con cierta regularidad, intentamos denunciar todas esas fechorías, esas licencias que se pagan y que luego ni se usan; intentamos capacitar, evangelizar a funcionarios y a dirigentes de diferentes niveles de la administración pública, para que entiendan la importancia de la soberanía tecnológica. Que sea el pueblo y sus representantes los que tengan el control de la tecnología y no las transnacionales.
En Bolivia, hoy en día, tanto el Presidente como cualquiera de los ministros, yo creo que como estoy convencido de que usan software privativo, no pueden afirmarme que no están siendo espiadas todas sus comunicaciones. No tienen la capacidad tecnológica de desmentirme que no están siendo espiados por transnacionales y por servicios secretos de otros países. La única manera de no ser espiado es que tú tengas el control de la tecnología, que no dejes la tecnología en manos de un tercero.
En Bolivia, hoy en día, tanto el Presidente como cualquiera de los ministros, yo creo que como estoy convencido de que usan software privativo, no pueden afirmarme que no están siendo espiadas todas sus comunicaciones; no tienen la capacidad tecnológica de desmentirme que no están siendo espiados por transnacionales y por servicios secretos de otros países. La única manera de no ser espiado es que tú tengas el control de la tecnología, que no dejes la tecnología en manos de un tercero.
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