Mientras los drones se perfilan como uno de los segmentos de mercado más dinámicos para los próximos años, los sistemas para bloquear o incluso abatir estos dispositivos voladores también han iniciado su propia carrera. Convertida la caza del drone en el nuevo deporte de moda, las compañías de seguridad buscan sistemas que -según sus propias explicaciones- puedan ser usados por civiles y no causen daños colaterales.
Es ahí donde busca hacerse sitio el DroneDefender, una especie de rifle de ondas capaz de acabar con un drone a 400 metros de distancia. O mejor dicho, bloquear su control y hacerlo descender sin provocar destrozos.
Con un aspecto de arma entre futurista y casera, esta escopeta anti-drones desarrollada por la compañía estadounidense Battelle cuenta con un emisor de ondas electromagnéticas que actúan en la misma frecuencia que las de GPS y radio usadas para el control de estos aparatos.
Según sus responsables, el DroneDefender está pensado para proteger desde embajadas o la mismísima Casa Blanca hasta colegios o lugares de interés histórico en los que esté prohibido el vuelo de drones. Además -explican- al anular el control remoto del dispositivo se impide la posible activación de una bomba acoplada.
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