La protección total de datos es un desafío casi quimérico en la era digital, donde a veces los usuarios no son conscientes de su verdadera indefensión, coincidieron expertos de varios países.
“Las expectativas de privacidad son verdaderamente mínimas”, en parte porque “las personas están desconectadas de las realidades que está introduciendo la tecnología”, afirmó Robert Wilkinson de Citigroup.
En opinión del estadounidense, “si bien la tecnología del ‘internet de las cosas’ (la interconexión digital con objetos cotidianos) contempla herramientas de negocio muy útiles, lo que la gente no entiende es cuáles son las implicaciones que vienen con su uso”.
“Cada vez va a ser más difícil ocultarse, lo que uno acceda en cualquier dispositivo, ya sea que uno se dé cuenta o no, se almacena en alguna parte por siempre jamás”, remarcó. “Es sumamente difícil que alguien pudiera eventualmente desaparecer”.
Objetivo. El ecuatoriano Luis Loaiza, cofundador de Criptext, ve ese propósito “complicado y casi imposible porque cada vez que uno se conecta empieza a dar información, desde dónde estás ubicado hasta todo”.
“La mayoría de la gente cuando nos conectamos a internet tenemos un identificador ‘router’ y desde ese momento muchos de estos aparatos almacenan cierto ‘caché’, cierta ‘data’ que no sabemos quién la está guardando”.
Según Loaiza, “la encriptación sirve de alguna manera como un mecanismo para que esa ‘data’ no sea leída por cualquiera; sin embargo, no hay un sistema 100% seguro”. “Lo único que puede hacer una compañía es poner capas de seguridad por sobre de las que ya existen para que sea mucho más difícil que un hacker intervenga”.
El mexicano Enrique Cortés, director general de Luxoft México, alertó también de la falta de protección de datos en la nube, donde la única manera de lograr cierta seguridad es contratando los servicios más caros. Cortés ahondó también en los riesgos que presentan terrenos nuevos como el de las computadoras de los vehículos, que están conectadas a la red, como casi todo actualmente.
“Remotamente desde 500 kilómetros tú puedes hackear un auto hoy y manipular el motor, la dirección, el sistema de seguridad. ¿Es fácil? No, es difícil, aunque no tanto. No es por espantarlos, pero hay un problema de seguridad”, advirtió. Para Cortés, “hay un reto de nuevas tecnologías de sistemas inteligentes, datos masivos que están regados por todo el mundo y no sabemos ni dónde”.
“La razón por la que compañías como Facebook y Google te dan todo gratis es porque tú eres el producto, la información que tú subes es el producto que a ellos les permite ganar dinero”, reflexionó Wilkinson. Según el especialista, “no se habla lo suficiente de cómo la gente queda expuesta y no se ha hecho lo suficiente para proteger la información, y esto seguirá siendo un problema conforme avancemos en este camino”
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