08 marzo 2016

Cada boliviano genera tres kilos de basura tecnológica al año


Bolivia generó un aproximado de 33.000 toneladas de basura tecnológica en el 2015, según José E. Rojas, presidente ejecutivo de la Fundación Redes para el Desarrollo Sostenible (REDES). Siendo así que cada habitante del país, genera en las zonas urbanas y alrededores, más de tres kilos de basura tecnológica anualmente.

Rojas dio a conocer, a través del sitio Web de REDES, que en Bolivia los accesorios tecnológicos con mayor demanda que a corto plazo se convertirán en basura tecnológica, son “los teléfonos celulares con un (95 por ciento ), los CPU o computadoras de escritorio (76 por ciento ), equipos de sonido (83 por ciento ), refrigeradores (90 por ciento ), televisores (77 por ciento ), las impresoras (79 por ciento ) y los accesorios para luz artificial (96 por ciento )”.

Rojas también refiere que “la vida útil de todos estos productos dura aproximadamente de cuatro a seis años”, por el uso que hacen los consumidores de estos aparatos, las políticas de garantías de las empresas productoras y la carencia de repuestos.

En el 2015, las empresas importadoras en Bolivia, han incrementado sus ofertas debido a la gran demanda de productos tales como los focos, impresoras y celulares que tienen un promedio menor a tres años de duración; planchas, computadoras portátiles y mouses que duran entre cuatro a seis años, además de los refrigeradores, equipos de sonido, televisores, y computadoras que tienen una duración cercana a los ocho y diez años. Informó la Fundación responsable del diagnóstico de residuos Electrónicos en Bolivia, Swisscontact.

César Aranda experto en informática y programación, comenta que la vida corta de los equipos electrodomésticos e informáticos, se debe a una estrategia industrial conocida como la obsolescencia programada, que “está pensada para que los consumidores tengan la necesidad de actualizar sus equipos y dispositivos móviles, ya sea por fallas técnicas irreparables, nuevos sistemas operativos, o la limitación de las patentes que prohíben posibilidades alternativas como usar un sistema operativo actual en computadoras antiguas.

Entonces la única opción para estar al día, es comprar una computadora nueva, además del software (sistema operativo), salvo que se opte por Linux (un sistema libre).”

Aranda informó que las industrias, actualmente lanzan al mercado equipos compuestos por elementos no reutilizables, que resultan tóxicos para la salud y el medio ambiente, debido a los elementos pesados que contienen.

Según datos de REDES, algunas de las causas del exceso de basura tecnológica en Bolivia son la carencia de indicadores y un sistema sólido que mida el consumo de este tipo de productos, la falta de estudios del “Arancel Aduanero de importaciones de Bolivia” para especificar las características de los productos importados, considerando los materiales de los que están hechos, y la revisión del tiempo de garantía de los equipos electrónicos, que generalmente equivalen al tiempo del correcto funcionamiento de los mismos.

Otro requisito, sin cumplir, para el control de la basura electrónica, surge a partir de la ausencia de una clasificación diferencial, basada en el grado de peligrosidad y contaminación de los componentes electrónicos desechados.

Una alternativa para evitar la producción descontrolada de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) en Bolivia, consiste en diseñar sistemas de información que involucren a los sectores formales e informales del mercado nacional y a actores responsables como la Aduana Nacional y el Instituto Nacional de Estadística para facilitar el conocimiento de “las prácticas y representaciones sociales de los usuarios y el público en general, al finalizar la vida útil de sus TIC”, Señaló Sergio Toro, experto en TIC y desarrollo, a través de REDES.

Otra posible solución es “Promover el consumo responsable de aparatos electrónicos” aseguró Daniel Cotillas coordinador de comunicación del proyecto mARTadero.

Reciclar para vivir

En Cochabamba, la Empresa Municipal de Servicio de Aseo (EMSA) y empresas especializadas, buscan superar la carencia de un sistema de reciclado para el tratamiento de los residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) que poseen materiales pesados tales como plomo y arsénico, entre otros, que resultan peligrosos para la salud y el medio ambiente. Y debido a la falta de recursos para enviar estos desechos a países como Suecia, único País con el sistema adecuado para reciclado seguro, EMSA tiene en confinamiento los desechos no reutilizables de este tipo de basura, en sus depósitos ubicados en Sacaba, para que sus componentes químicos no se propaguen, informó a este medio Carlos esmeralda, auxiliar gráfico de la unidad de comunicación de EMSA.

A finales de diciembre del año pasado, EMSA recaudó alrededor de cuatro toneladas de residuos electrónicos, en una feria denominada la Feria de los RAEE. Recitronik es una de las instituciones especializadas que colabora con EMSA en el tratamiento de esta basura, rescatando las partes menos desgastadas de los desechos electrónicos para armar nuevos equipos así como adornos y juguetes.

La moda de la obsolescencia del deseo


La obsolescencia del deseo ocurre cuando el producto, aún siendo útil, es desechado por cuestiones de moda, según el periodista Vance Packard.

La industria de la moda es una de las más contaminantes porque utiliza pesticidas y fertilizantes en la fabricación de algodón y químicos nocivos como el plomo en los teñidos.

Shannon Whitehead fundadora de la plataforma para modas, Factory45 en EEUU, afirma que la estrategia consiste en lograr la mayor cantidad de compras posibles en un mínimo de tiempo, actualizando sus nuevas ofertas con el pretexto de “nuevas tendencias” o cambio de temporadas. También afirma que el desecho de prendas de cuero debería tener un tratamiento especial, similar a los desechos tóxicos por las altas cantidades de plomo que contiene.

Una de las principales consecuencias de la obsolescencia programada es el incremento exponencial del consumo de accesorios pertenecientes a la tecnología de información y comunicación.

La basura tecnológica, una amenaza 



Las empresas productoras de accesorios eléctricos y electrónicos garantizan el consumo constante de sus productos poniéndoles un tiempo límite de duración. Esta estrategia empresarial es conocida como la obsolescencia programada. Según un estudio realizado por la Universidad de Berlín y el Öko-Institut, esta estrategia mantiene activo al motor de la economía moderna.

El mismo estudio informa que la vida útil de los apartados eléctricos y electrónicos es programada por sus industrias para que duren un lapso de 3 a 5 años en los países más desarrollados y en los otros se extiende hasta 10 años, esto ha provocado que entre el 2004 y 2012 se duplique el consumo de diferentes aparatos electrodomésticos como lavadoras, planchas, refrigeradores e impresoras, principalmente por fallas técnicas. Sin embargo la renovación de productos Tecnológicos de Información y Comunicación (TIC) también se debe a la demanda voluntaria de los consumidores para adquirir modelos más actuales en el caso de televisores, computadoras y celulares. Las consecuencias de este consumismo acelerado se reflejan de forma negativa en el impacto medioambiental, según un comunicado de prensa emitido por Aloida Pérez, portavoz de la plataforma ecológica, Amigos de la Tierra, de España.

Sin embargo esta iniciativa ya se practicaba desde 1924 en la industria de la bombilla eléctrica, este producto, invento de Thomas Edison, salió al mercado con una duración de 1.500 horas, posteriormente fue mejorado ampliando su duración a 2.500 horas de uso, pero un documento emitido por la asociación no oficial de productores de bombillas eléctricas de Europa y Estados Unidos denominada Phoebus, acordó limitar a 1.000 horas de vida este producto, bajo amenazas de sanciones para las empresas de este rubro. Dando inicio a la obsolescencia programada como garantía de que siempre habrá una demanda para mantener el consumo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario