El dron es un vehículo aéreo no tripulado, que tiene aplicaciones civiles y militares. Estos vehículos son capaces de mantener de manera autónoma un nivel de vuelo controlado y sostenido, para lo cual es propulsado por un motor de explosión o de reacción.
Los drones existen en una variedad de formas, tamaños, configuraciones y características. Históricamente eran simplemente aviones pilotados a control remoto. En este sentido se han creado dos variantes: algunos son controlados desde una ubicación remota, y otros vuelan de forma autónoma, sobre la base de planes de vuelo programados, usando sistemas más complejos de automatización dinámica.
Cabe destacar que las aeronaves son también sistemas autónomos, que pueden operar sin intervención humana alguna durante su funcionamiento en la misión a la que se haya encomendado, es decir, pueden despegar, volar y aterrizar automáticamente.
Sin embargo, con el paso de los años los drones han logrado otros tipos de usos que amplían el número de consumidores, desde los más pequeños hasta profesionales del sector. Su auge en el mercado ha sido tal que cada vez hay un mayor número de empresas que emergen en este nicho de mercado.
Actualmente, los drones militares realizan tanto misiones de reconocimiento como de ataque. Si bien se ha informado de muchos ataques de drones con éxito, también son susceptibles de provocar daños colaterales y/o identificar objetivos erróneos, como con otros tipos de arma.
También son utilizados en un pequeño pero creciente número de aplicaciones civiles, como en labores de lucha contra incendios o seguridad civil, como la vigilancia de los oleoductos. Los vehículos aéreos no tripulados suelen ser preferidos para misiones que son demasiado “aburridas, sucias o peligrosas” para los aviones tripulados.
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