Actualmente, esta institución se encarga de la gestión logística para la ejecución de la olimpiada de robótica, organizada anualmente por el Ministerio de Educación. También realiza los exámenes de competencias a los estudiantes que se postulan.
Sawers brinda, asimismo, cursos de robótica educativa a niños y adolescentes. El método de enseñanza está pensado para que los participantes aprendan a partir de la práctica. “La idea es permitir que los niños y estudiantes de nivel secundario incursionen en el diseño de robots para que estén preparados al llegar a la universidad”, comentó Rubén Cruz, diseñador electrónico de Sawers.
A través de estos cursos, Leonardo Viscarra, de 12 años, recibió la primera pieza ortopédica producida por Sawers. “Él se inscribió a nuestros talleres educativos, motivado para crear su propia prótesis. Su tenacidad nos inspiró para incursionar en este rubro. Con el apoyo de sus padres empezamos a experimentar y logramos buenos resultados, fue la primera mano ortopédica que imprimimos”, recuerda Jhonny Chiri, representante de Sawers.
Además de los talleres educativos, esta empresa fabrica e importa impresoras 3D para comercializarlas. Los precios rondan los 750 dólares y 1.200 dólares. Para este año prevén ofrecer impresoras 3D capaces de imprimir piezas de un metro por un metro de diámetro pensadas para el sector industrial.
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