Quién no ha oído alguna vez la famosa cita que dice “en los negocios hay que invertir para ganar dinero”.
Luego, tiene sentido afirmar que si se quieren celebrar reuniones más eficaces y productivas, hay que invertir en ellas.
Durante las últimas décadas, las empresas han invertido fuertemente en tecnología diseñada para optimizar la productividad individual de los empleados. Pero pocas empresas han extendido su inversión a zonas de trabajo comunes muy importantes, como las salas de reuniones, salas de juntas y salas de conferencias.
No obstante, las lujosas sillas de cuero ya no son suficientes para proporcionar un ambiente de trabajo óptimo. Las salas de reuniones de hoy son verdaderas zonas de alto rendimiento, lugares de gran dinamismo donde se requiere funcionalidad. Donde los participantes deben colaborar, compartir contenido, conectarse con sitios remotos y propiciar importantes decisiones de forma eficiente; para ello, la tecnología debe prestar servicio a la eficiencia en el trabajo.
Las comunicaciones remotas de calidad, como la vídeo-conferencia a distancia, son una de las funciones tecnológicas más utilizadas en salas de juntas. Otra de las herramientas de trabajo muy presente en estos entornos, son las presentaciones gráficas y la utilización de sistemas que permiten realizar anotaciones en la imagen.
Se trata de herramientas que propician a los asistentes interactuar y participar; una exigencia habitual, donde las pantallas táctiles y las pizarras inteligentes de superposición son cada vez más populares.
Compañías como Microsoft, Samsung y Huawei también han innovado en este tema, y se han enfocado en el diseño de equipos audiovisuales como cámaras web de 360 grados, mesas y pantallas táctiles y robots de telepresencia para llegar a estos espacios.
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