Se trata de una “garantía de pago”. Para muchas es la única opción de costearse los estudios. Si no cumplen con el pago las fotos son enviadas a sus familiares y amigos, además de aumentar desproporcionadamente la cuota de interés.
Los medios locales advirtieron que se llegaron a dar casos de coacción sexual. Una de las afectadas dijo al periódico local Southern Metropolis Daily que pidió un préstamo a una de estas compañías por valor de 75 dólares (522 bolivianos aproximadamente).
La cuota de interés semanal era del 30 por ciento y pronto su deuda se multiplicó. Después continuó pidiendo créditos para poder pagar los anteriores, y la deuda aumentó hasta 8.347 dólares (58 mil bolivianos).
Los usureros no solo se aprovechan de estudiantes, sino también de otros jóvenes con poca experiencia financiera. Les dan el préstamo y duplican la deuda con los intereses. Eso le sucedió a una joven que para evitar que se publiquen sus imágenes pidió dinero a su familia.
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