En la película Ex Machina un programador informático es invitado por el presidente de la compañía para la cual trabaja con el fin de hacerle la prueba de Turing a un androide con inteligencia artificial, esto es, calibrar la habilidad de una máquina de mostrar un comportamiento inteligente similar o imposible de diferenciar del de una persona.
El robot es en aquella película una genial y fría y calculadora Alicia Vikander y en esta noticia, un modelo menos sensual de la compañía Promobot, publica el diario español El Periódico.
La empresa, especializada en crear sistemas autónomos que puedan moverse y actuar con independencia sin que se tenga que estar vigilando si realizan bien o mal su trabajo, se ha llevado una buena sorpresa el pasado martes cuando uno de sus dispositivos pensó más de la cuenta y, literalmente, se escapó de la zona de pruebas de las instalaciones donde fue creado, en Perm, en los Urales.
El humanoide blanco y rechoncho aprovechó el imperdonable descuido de un ingeniero que estaba trabajando en el laboratorio para escapar por la puerta que éste dejó abierta, según explicó la agencia de noticias rusa Sputnik.
El robot debió de creer que esa era la suya y salió a conocer el mundo. La calle, un mundo nuevo por descubrir.
Atasco de tráfico
Sin embargo, la batería le jugó una mala pasada y, tras avanzar 50 metros, se quedó sin energía, parado en medio de una calle, y provocando un buen atasco de tráfico. La web de la empresa recoge el curioso e inquietante suceso. "Descubrimos que había desaparecido 40 minutos después”. Asimismo, se asegura que la congestión vehicular también se produjo en las aceras, donde los transeúntes se agolpaban para fotografiar al singular androide con sus teléfonos móviles.
La empresa tecnológica rusa Promobot explica que la anécdota le supuso una amonestación de un agente de tráfico, así como también cambiarán el lugar donde sus robots serán sometidos a los diferentes tests de inteligencia artificial para evitar que se repitan incidentes tan pintorescos como preocupantes.
Inteligencia robot
Pepper Su dicción es todavía un poco entrecortada y sus gestos ligeramente dubitativos, pero el robot humanoide Pepper, con su pantalla en el pecho, está listo para acoger a los pacientes y visitantes de dos hospitales belgas.
Japón En el sector textil, donde la competencia se traduce e n emplear mano de obra barata, el robot es la respuesta.
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