Ante los plazos dados por la Alcaldía, en los últimos días diferentes tiendas ofrecen los dispositivos de vigilancia a precios bajos. Si bien estos negocios tienen licencia para vender aparatos electrónicos, no están autorizados para los artefactos de seguridad.
Hace unas noches al local de Eduardo Salas llegó un agente de ventas que le ofreció "cámaras de seguridad de 1 y 2 megapíxeles, analógicas y Full HD” desde 150 bolivianos. El volante que le dejó hace referencia a una tienda de muebles y artefactos "americanos de exportación”.
Como ésta, las ofertas se expanden. En algunas galerías de la calle Loayza se ofrecen cámaras más su instalación. Sin embargo, esos negocios no están en la lista de empresas legales del Denacev. Lo mismo pasa en la Eloy Salmón o en la Uyustus.
Los precios van desde los 1.000 bolivianos por cámara hasta los 3.000 por sistemas completos. Las empresas autorizadas hacen proformas de entre 4.000 y 7.000 bolivianos por un sistema de cuatro dispositivos.
El secretario municipal de Seguridad Ciudadana, José Luis Ramallo, señaló que estos circuitos de vigilancia son de gran importancia ya que permitirán dar seguridad a la ciudadanía. "Las imágenes captadas permitirán en algún caso aclarar ciertos hechos delictivos. Es por eso que se pide que sean almacenadas por 12 meses porque pueden ser requeridas por la Policía”, dijo.
Si bien la implementación de estos artefactos en los establecimientos educativos ha dado muy buenos resultados en el cambio de actitud de los estudiantes, docentes y familias, Ramallo señala que en el caso de los establecimientos nocturnos no es suficiente contar con los dispositivos. La prevención y la cultura de paz es en su opinión la mejor medida de seguridad.
"Todos estos componentes responden a medidas de carácter situacional. Son medidas físicas que están direccionadas a hacer que el ambiente y el espacio público y semipúblico -como son estos establecimientos de expendio de alimentos y alcohol- sean menos proclives a generar oportunidades al delincuente”, manifestó.
Indicó que para que funcionen se debe sumar medidas de autocuidado. Recalcó que si bien las cámaras captarán las imágenes de lo que suceda a una persona al interior de un pub, no registrarán lo que pueda pasarle a una cuadra del establecimiento.
"Si uno consume alcohol en demasía, una cámara no será suficiente para que esté protegido. Saldrá y a los 100 metros, donde se pierde la cobertura de la cámara, ya no tendrá seguridad. No tendrá conciencia de la ruta por la que llegará a casa o en qué transporte lo hará”, dijo.
Señaló que las cámaras son parte de varias medidas que además de la prevención deben engranar con la labor policial y la cultura de no violencia.
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