Especialistas detectaron que hay un mercado negro de los mapas geográficos, el cual se fue edificando con filtraciones de datos de entidades públicas y circulación de información en circuitos informales. El problema es un gran perjuicio para el Estado, que invierte recursos para generar esa información, afirman.
René Mendoza, profesional analista de la información geográfica de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic), explica que hace más de 10 años las distintas entidades del Estado generaron "mucha información” como los mapas censales, las cartografías, pero que no obstante esos datos no estaban disponibles para "la gente en su totalidad”, y sólo accedían a aquellos profesionales especializados.
"Entonces, ese efecto ha hecho de que ante esa necesidad se ha filtrado información, se han filtrado datos. El caso más apetecible sería el caso del Instituto Nacional de Estadística, que se requerían por ejemplo los mapas censales, los centros de población, y otro caso grande es el del Instituto Geográfico Militar”, expone Mendoza.
Este especialista sostiene que toda esa información "ha ido recorriendo, pasando de empresa a empresa, entre consultores y había información que podías encontrar en la Ceja de El Alto o en la Pérez, como en la venta de CD”.
Raúl Molina, profesional en geografía, asegura que el "flujo de información” estaba relacionado con los consultores de una institución pública. "O sea, se contrataba un consultor por parte de la entidad pública, se generaba la información. Acaba el contrato y el consultor se llevaba el dato o la información y esto obviamente entre consultores iba pasando de mano en mano. Entonces, eso incluso llegaba a los que ahora venden DVD, CD, o en la puerta de la ‘U’”.
Pero no sólo eran aquellos funcionarios eventuales. Molina explica que "a veces gente de las mismas entidades, que no eran consultores, proveían a las empresas que querían comprar. No voy a decir nombres e entidades, pero es lo que yo he podido vivirlo”.
¿Qué problemas acarrea esta circulación no oficial de ese tipo de datos? En primer lugar los entrevistados mencionan que el Estado ha pagado por ese dato, por lo que éste esto es un factor de perjuicio. Y es que, explican, el levantamiento del dato geográfico, por ejemplo, implica la adquisición de imágenes satelitales y otros procedimientos, por lo que "la información de este tipo de datos cuesta”.
En segundo lugar está la calidad. Mendoza explica que lo que carece un mapa del mercado negro es el "metadato”, que consiste en la información detallada sobre quién originó ese dato, qué institución y qué año, en qué escala está. "En el mercado negro fluyen los archivos, pero no sabes de qué año es el dato. La calidad es lo de menos”, agrega.
Pero también otro problema que se detecta es que con la circulación de la información es que se incurre en "arrastrar” errores, como en los denominativos de las localidades. "En caso de los nombres, de los centros poblados, al ir del original, Tiwanaku por ejemplo, ha ido cambiando con w, con h intermedia. Entonces van cambiando los nombres por este tipo de ruta”, expresa.
Este problema fue el punto de partida para que se buscara "cómo cortar este mercado negro” y una de las claves fue concentrar esa información y compartirla para que sea pública. Ése fue uno de los motivos que dio nacimiento a Geo Bolivia, una iniciativa con la cual se pretende dotar a instituciones y usuarios en general de información geográfica de calidad. En esta plataforma se pone a disposición del usuario mapas que pueden ser descargados desde la web.
"Actualmente tenemos 1.500 capas de mapas, desde el año 2002... hay uno del 78, histórico, que hemos rescatado. Estamos hablando de casi 14 años”, explica Mendoza.
¿Desigualdad con datos?
René Mendoza, profesional y analista de información geográfica, explica al periódico Página Siete que en el último tiempo emergió una brecha en torno al acceso de datos geográficos, relacionada con el mercado negro. Por un lado están quienes pueden tener esos datos y quienes por distintos motivos no gozan de acceso a aquellos.
"El principal problema es que crea una desigualdad, hay una brecha, porque unos cuantos tienen ese dato, no todos. Sólo un grupo privilegiado que ha podido pagar por esos datos los tiene. El restante no los tiene. Yo considero que ése es el principal problema, que la brecha se ha aumentado”, afirma el especialista.
Un ranking de acceso
Geo Bolivia es una plataforma a través de la cual los usuarios pueden ver mapas y descargarlos. Las fuentes son de una variada gama, que van desde el IGM hasta el SERNAP. Entre los mapas más bajados están los de límites municipales.
"Tenemos siete mapas que son los más consultados por la gente. De los casi 1.500 que tenemos disponibles, siete son los más requeridos: 1) todo el mundo quiere saber el límite municipal, todo el mundo quiere saber el límite del país, todo el mundo quiere saber cuántos centros poblados hay en el país, todo el mundo quiere saber sus áreas protegidas... les interesa el tema de los caminos: salud y educación”, explica René Mendoza, profesional y analista de información geográfica.
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