Toda la información que vamos ingresando a internet como fotografías, fechas de cumpleaños, lugar de estudios, grado académico, familia, lugar de trabajo, lugar de vacaciones, estado civil, números de cuentas, etc se conocen como el rastro digital A pesar del Derecho al Olvido, es casi imposible controlar y menos borrar los datos personales que subimos a la red.
En el momento en el que algo se publica en la Red, deja de ser “propiedad” exclusiva del individuo, quedando expuesto y al alcance de terceros.
El rastro digital es lo que vamos dejando en cada sitio de internet. Existen dos formas de exponer esta información: una involuntaria, cuando cedemos nuestros datos personales a cambio de usar gratuitamente servicios online (como las redes sociales) y de forma más voluntaria cuando los ofrecemos de manera obligatoria, como cuando compramos algo online.
Estos datos, este rastro digital, es una de las cosas más difíciles de eliminar. Los datos quedan almacenados en distintos lugares como por ejemplo en las listas de profesionales de su colegio según su actividad, en la lista de estudiantes de colegio, de la universidad, en la base de datos de órgano electoral y un sinfín de otros sitios Google mostrará un porcentaje ínfimo de todos los datos personales que circulan por la red: alrededor de un 4%, el otro 96% se encuentran en la deep web, o el internet invisible.
Hay datos personales que se publican en servicios que están en la web prácticamente desde que nacemos.
Si decidimos dar de baja nuestra cuenta de Facebook, su rastro digital quedaría intacto, porque sus fotos, “Me gusta” y demás información que hubiera dejado volcada en esta red ya no es propiedad suya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario