Lepht hace parte de una comunidad de biohackers que en los últimos años ya se hizo más de 50 operaciones. Los biohackers, según la página de internet hipertextual.com, son personas que buscan información libre para todos, pero puesta al servicio de la ingeniería molecular y biológica.
"Yo prefiero sufrir el dolor y adquirir conocimientos que evitar el dolor y quedarme sin el conocimiento", dijo Lepht a la BBC al explicar la razón por la que se hizo estas operaciones.
Se trata de "una hacker británica de wetware sin rostro o género, sin dioses o dinero, a la que le gusta la gente, la ciencia y el transhumanismo práctico", según se describe en el perfil de su popular blog Sapiens Anonym.
UN SEXTO SENTIDO "Mi primer experimento quirúrgico tuvo lugar en 2007".
"Lo que hice fue comprar un chip digital y un lector por internet, así como unos instrumentos médicos estériles", relató la escocesa.
"En esa época tenía una amiga que estaba estudiando medicina y quiso participar".
"Ella me hizo la incisión y yo inserté el chip".
Desde entonces Lepth se ha estado insertando chips en el cuerpo. Algunas de las operaciones se las hizo para insertar imanes en sus dedos, para adquirir un sentido extra.
Los imanes, que se pueden activar con pequeñas bobinas de cable conectadas a sensores externos como ultrasonidos o infrarrojos, le permiten "sentir" la distancia entre sus manos y los objetos o el calor remoto.
"Tu sistema nervioso funciona con señales electrónicas, de la misma forma que cualquier tipo de aparato. Son señales que viajan por tu cuerpo hacia tu cerebro, solo que en vez de circuitos tenemos nervios".
Hoy en día, las operaciones que se hace Lepht son menos sangrientas.
Y, efectivamente, cuando acercó su mano con el nuevo chip al lector de su lápiz de memoria o USB, los datos aparecieron en la pantalla de su computador. Eso quiere decir que, si se lo permitieran, al pagar por algo, no necesitaría pasar una tarjeta sino simplemente su mano.
LA RAZÓN DE LA LOCURA El grave problema con lo que hacen los miembros de esta comunidad de biohackers es obvio.
Aunque se asegura de que lo que se implanta esté hecho con materiales que no producen reacciones adversas en el cuerpo y comprende los principios básicos de la esterilización, "no soy doctora ni cuento con ningún entrenamiento médico", aclaró Lepht.
Sin embargo, reclamó: "Desde mi punto de vista, esto es algo que yo me hago a mí misma, ejerciendo mi derecho sobre mi propio cuerpo. No estoy proponiendo que nadie más lo haga".
La razón por la que no cree que sea una locura es porque tiene un propósito.
"Mi sueño es conseguir data que otros biohackers puedan aprovechar en el futuro para que sea de utilidad para la gente", concluyó.
El blog de biohacking de Lepht recibió más de 600.000 visitas.
Los biohackers se comunican a través de foros en la web para avanzar en sus experimentos.
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