No es ninguna novedad decir que existen muchísimas regiones del planeta que aún siguen sin poder conectarse a Internet. Google está realizando un gran esfuerzo y dedicando parte de su desarrollo para subsanar este hecho desde hace años. Para ello, está destinando medios en el denominado Proyecto Loon, consistente en una red de globos que cubren muchísimas regiones aisladas del planeta con el fin de llegar a todos los sitios posibles.
En pleno 2017 es un hecho triste que existe más de media población mundial que no puede acceder a la Red de Redes, en muchas ocasiones por temas de ubicación y complejidad debido a la zona rural en que se encuentran.
Google venía pensando en todo esto desde hace mucho tiempo. El lanzamiento oficial del denominado Proyecto Loon tuvo lugar en 2013, como parte de lo que se conocía como Google X (hoy en día llamado X a secas). Desde entonces se están enviando a muchas regiones aisladas estos globos, los cuales viajan sobre el límite con el espacio exterior.
Lo que hace Google es enviar una flota de los citados globos a puntos remotos donde internet no llega, permitiendo que la Red esté accesible en esos lugares. Mediante una serie de lanzadores automáticos, se van enviando globos con una media de 30 minutos de diferencia, controlando y analizando la velocidad del viendo y sus condiciones climáticas y meteorológicas, permitiendo que los globos lleguen con seguridad a los sitios requeridos. Ahora, el proyecto ha evolucionado aún más y se ha ido un punto más allá, con novedades importantes.
Los sistemas de navegación que controlan estos globos han superado las expectativas más optimistas de los propios ingenieros. No obstante, las infraestructuras para permitir el servicio de internet a todo el mundo en cualquier lugar son por ahora insuficientes y es cierto que el acceso universal es algo imposible por ahora. En lo que Google ha trabajado sobre todo es en conectar a las personas que están en regiones remotas o rurales inaccesibles.
En los últimos tiempos, donde se han logrado mejoras, se ha descubierto además que los vuelos de los globos podían ser controlados con más precisión, sobre océanos y continentes aunque era difícil mantenerlos fijos en un solo lugar. Ahora se ha visto que es posible que permanezcan quietos en una zona, a pesar de que haya vientos cerca.
En 2003 se dio por hecho que los globos enviados nunca podrían estar en un solo lugar. Ahora, los avances de los algoritmos en la navegación reflejan que pueden ser enviados a un punto concreto elegido y allí ser sólidos y consistentes durante un tiempo. Se vio que había globos que aguantaron hasta tres meses en el mismo lugar. Después de muchos lanzamientos, todo ha ido mejorando y se ha logrado un sistema de control de altitud mucho más preciso y eficiente. La idea para dar el próximo paso está más cercana: hacer pruebas con usuarios de la vida real y no solo entre los miembros que forman parte del equipo de desarrollo de Loon.
Los datos son demoledores: se han recorrido más de 19 millones de kilómetros en vuelos de prueba. Además, uno de los globos se mantuvo en la estratosfera hasta 190 días.
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