10 septiembre 2018

Así nos cambiará la señal 5G

La próxima banda ancha. Vehículos conectados, sistemas de alarma y asistencia más veloces, servicios en línea, pago con el celular y cambios en el sistema de salud y educación son algunos aspectos que llegarán con la nueva red. En Bolivia puede demorar

Bolivia tendrá que ampliar su red de fibra óptica para subirse a la ola 5G, la señal que transformará una sociedad que navega y consume datos en una sociedad conectada. Vehículos, servicios públicos y objetos estarán conectados a la telefonía.

Como explicó Shafi Ahmed, el médico y activista de la salud digital, en su visita a Santa Cruz en junio, será posible interactuar con los pacientes a distancia y con un intercambio de imágenes veloces en tiempo real.

Los servicios públicos y las finanzas se manejarán con esta velocidad, y se abrirá espacio la llamada Internet de las Cosas. La temperatura y la seguridad de nuestras casas podrán manejarse en línea, la heladera nos avisará que solo queda un yogur y que la mermelada está por llegar a su fecha de vencimiento.
Los vehículos se convertirán en puntuales pedigüeños a la hora del mantenimiento y es posible que la educación tenga que cambiar profundamente para formar, no a los chicos, sino a los profesores, que aún no aprovechan las tecnologías de información y comunicación en el aula.

Cuándo, cómo


Todo esto podría ser ya una realidad en 2020 o 2025, cuando haya más de 1.400 millones de dispositivos conectados a esta red. Es la tercera parte de la población mundial, moviéndose a una velocidad de vértigo.

La ‘G’ significa ‘generación’. Con 1G conocimos la tecnología inalámbrica; cuando arrancaron los años 90, podíamos, con 2G, mandar mensajes de texto entre teléfonos y nos parecía un gran progreso. Hoy, las telefónicas nos regalan esos mensajitos que se acumulan y quizá mueren en los servicios prepago; con el 3G empezamos a agachar la cabeza, porque ya era posible, además de realizar llamadas y mensajes de texto, navegar en internet. Con el 4G la velocidad aumentó los servicios de 3G, y teóricamente, podríamos ver la Champions por internet en el auto, sin cortes y en movimiento.

Según el ciberactivista Mario Durán, del movimiento Más y Mejor Internet para Bolivia, para que la tecnología 5G funcione en nuestro país, además de ampliar la red de fibra óptica en las zonas urbanas, debe cambiar el actual modelo de telefonía móvil. “En el resto del mundo te dan grandes volúmenes de datos a un costo accesible. Digamos, 20 gigas por cinco o diez dólares. En Bolivia tenemos este modelo de megas limitados de dos bolivianos por 120 megas en promoción. El resto ofrece 50 megas por dos bolivianos. ¿De qué nos sirve mejorar la velocidad a 5G si vamos a tener que usarlo de a poquito? No habrá relación entre usar una mejor tecnología y el modelo de internet de cuentagotas que sigue en el país”, opina.

La velocidad, ja ja


La mayoría de los artículos sobre el 5G están redactados en un tono profético y entusiasta. Además de hacer lo acostumbrado -enviar textos, realizar llamadas y navegar-, se nos promete que podremos descargar y subir contenido en Ultra HD y video en 3D. “Imagina aumentar tu conectividad utilizando, en lugar de una manguera de jardín doméstico, la de un camión de bomberos. La diferencia será notoria”, anuncian, usando una fácil metáfora.

Por eso, la GSMA dice que no es un cambio más. La GSMA (Sistema Global para Comunicaciones Móviles, en inglés) es una institución que apoya la expansión de la telefonía móvil. Reúne a más de 800 operadores en 219 países. Este cambio, según la GSMA, es una transformación cualitativa sin precedentes, pero que no romperá de golpe con el 4G que ya conocemos.

Con esta nueva conectividad, según CNN, llegarán los autos que se conducen solos, la realidad virtual, las ciudades inteligentes y los robots que trabajan en red. El 5G promete abrir la puerta a nuevos procedimientos quirúrgicos, medios de transporte más seguros y comunicación instantánea para los servicios de emergencia y socorro.

Salud y seguridad


La confiabilidad en la red que viene permitirá nuevos servicios habilitados en el área de salud y seguridad. Los servicios futuros se entregarán en una amplia gama de dispositivos, como teléfonos inteligentes, usables, máquinas de comunicación (dispositivos que entregan información inalámbrica en tiempo real) y hasta mejorarán la comunicación máquina a máquina.

La mayor productividad en todos los dispositivos, que serán capaces de descargar 10.000 megabytes por segundo, se conseguirá gracias a aplicaciones móviles más complejas.

Por ejemplo, los 13 millones de teléfonos que hay en Bolivia son ya un mercado que requiere diversas atenciones. “Se demandan servicios y se necesita Internet de calidad y pagos electrónicos mediante internet”, comenta el activista Mario Durán. Con buenas conexiones y con buenos datos, explica Durán, las compras y el pago se harán con el celular. La llegada del 5G debe crear una lógica “que consista en atender a la gente a través de celulares, con internet de alta velocidad y aplicaciones de servicios. Eso va a fomentar una industria que ya existe en el mundo. Con el 5G debemos fomentar el mercado y los servicios”, asegura.

La ecuación, para el activista, beneficia a usuarios y operadoras, porque al necesitar más servicios, requerirán de más datos. Pone como ejemplo la aplicación PedidosYa, desarrollada en Bolivia y recientemente adquirida por inversores del exterior; también menciona UltraCasas, que ha recibido un financiamiento importante del exterior. Cuando llegue el momento del 5G habrá que cambiar los teléfonos por otros compatibles con estas redes. El movimiento Más y Mejor Internet para Bolivia espera que para entonces los datos sean más baratos, la conectividad más estable y la velocidad, comparable a la de países vecinos.



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