Por Nicola Grant, Director Strategic Business & Partner Development de Openet
En una reciente publicación titulada "No es una transformación digital sin una cultura digital", el Boston Consulting Group declara que ésta “requiere inculcar una cultura que respalde el cambio, a la vez que permita llevar a cabo la estrategia general de la compañía". A medida que las organizaciones recorren los complejos caminos hacia la transformación digital, generalmente se prioriza la tecnología y los procesos que la soportan. Y con razón, en la mayoría de los casos. Pero, con la mejor voluntad del mundo, es improbable que identificar estos dos elementos de forma aislada dicte el éxito. Y este hecho, a veces, es pasado por alto.
El enfoque en el proceso de la transformación digital se coloca, a menudo, en el apartamiento de los sistemas heredados y los procesos de negocios que dificultan la innovación, la velocidad y la agilidad, y estos deben ser los principales motivadores del cambio. Sin embargo, lo que siempre ha sido clave para el éxito de cualquier organización es su gente. No es suficiente adoptar nuevas tecnologías y mantenerse actualizado digitalmente si las formas tradicionales de trabajo serán incompatibles con el objetivo. La organización debe invertir tiempo en llevar a su gente con ellos en este viaje, a través de la implementación de una cultura asociada que se centre en capacitarlos para ser creativos, colaborativos y, en última instancia, exitosos dentro de este nuevo entorno.
Los resultados de un proyecto catalizador reciente, llevado a cabo por tmforum, incluyen la cultura (junto con la estrategia / modelo operativo y los datos) como uno de los principales impulsores del éxito para la transformación digital y definen los pasos asociados como la alineación del liderazgo con el cambio cultural y de las funciones empresariales con los resultados deseados, teniendo un lenguaje común de impacto, movilizando a las personas adecuadas en el momento correcto y promoviendo un entorno en el que todos tengan la energía colectiva y enfocada. Junto con la modificación del proceso y las tecnologías que respaldan el negocio, es esencial que la organización implemente y tenga una mentalidad transformadora y, además, que proporcione a sus empleados las herramientas para apoyarlos en este entorno.
Aunque cambiar la cultura de la empresa nunca es fácil, con objetivos claros, una metodología de apoyo sólida y el esfuerzo constante se puede lograr. La clave para darse cuenta de los beneficios que aportan e incorporan una cultura digital es comenzar por articular, de manera clara y concisa, lo que debe cambiar. A partir de ahí, una evaluación de la organización actual frente a la que tienen como objetivo brindará una visión de las brechas relevantes y cómo se pueden abordar. Sin embargo, estas actividades aisladas no son suficientes: conseguir y mantener a los colaboradores comprometidos a lo largo del viaje es crucial.
La creación de un entorno en el que se aliente a las personas a pensar creativamente y a desafiar las normas de la industria, además de sentirse nutridos para apoyar estos comportamientos, cosechará recompensas a largo plazo. Las lecciones aprendidas de las empresas de telecomunicaciones que progresan con éxito en el camino hacia lo digital respaldan esto: tener un programa auténtico que abarque todas las áreas de la organización agrega credibilidad y actúa como una bandera que las personas pueden seguir. Por lo tanto, aunque la tecnología sea crucial, saber hacia dónde se dirige la empresa es clave para una ejecución efectiva.
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