La LB130 no necesita Hub, podemos conectarla directamente al WiFi de casa. Ofrece una iluminación con colores regulables y con Modo Circadiano. Se puede controlar de forma remota mediante la aplicación correspondiente e incluso por voz con Amazon Alexa y Google Home. Permite ahorrar energía al utilizar la tecnología LED.
La TP-Link LB130 parece un foco normal. El diseño es muy parecido al de cualquier otra bombilla LED, pero esconde grandes diferencias en su interior. Lo primero que llama la atención es su peso, muy superior al de un foco normal.
En su parte superior tenemos la parte de cristal, en color blanco. Justo debajo tenemos una parte blanca, con un diseño que hace pequeñas figuras geométricas y con el logotipo de la marca. En la parte inferior, justo antes de la rosca, tenemos una zona en color morado. En ella se indican las características de potencia de la bombilla. Una de las ventajas de la TP-Link LB130 frente a otras bombillas inteligentes es que no necesita Hub. Es decir, solo tendremos que colocar la bombilla en la lámpara que queramos y conectarla al WiFi mediante la aplicación. No es necesario ningún dispositivo externo para su control. Por otro lado, es totalmente regulable. Podemos modificar desde su color, con todo el espectro RGB a nuestra disposición, hasta su calidez. Esta última nos permite regularla desde los 2500K hasta nada menos que 9000K. Y, como no, también podemos controlar la intensidad de la luz.
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